Una buena pelea de película
Pasos que tenemos que seguir para que el berrinche amoroso sea lo más parecido a las producciones hollywoodenses. ¿Lo lograremos?
Redacción: Luciana Fernández Verbena/Fotonovela: Ana Clara de la Barrera
Redacción: Luciana Fernández Verbena/Fotonovela: Ana Clara de la Barrera
Hollywood se empeña en hacernos creer que el popularmente conocido “tiempo” es bueno para la pareja. Con esto logramos que nuestro ser amado vuelva a nosotros arrepentido y dolido proponiéndonos matrimonio, como en la película Una esposa de mentira protagonizada por Jennifer Aniston y Adam Sandler o en los Rompebodas, film en el que actúan Owen Wilson, Vince Vaughn y Rachel McAdams. Personalmente, no estoy de acuerdo. Años de escuchar a mis amigas separarse y volverse a juntar para luego separarse definitivamente de nuevo me dan la razón. Las segundas partes, en una relación, no son buenas.
Veamos los cuatro pasos a seguir para tener un amor de película:
1- Cuando arranca la pelea que nos dará la segunda oportunidad para ser “realmente felices” tenemos que transformamos en Katherine Heigl, Rachel McAdams o, la clásica, Jennifer Aniston, hacer una gran actuación, un par de gritos, lágrimas. Afuera, un viento huracanado, lluvia o, en su defecto, hojas cayendo de los árboles. Eso sí, debe ser otoño o invierno, el verano no es compatible con las peleas. Estas condiciones son indispensables para que tengas una buena disputa de película.
Detalle a tener en cuenta:hay que tener un buen trabajo. Por ejemplo, podrías ser editora de una revista de modas como es el caso de Kate Hudson en Cómo perder un hombre es 10 días o tu pareja debe ser un famoso y adinerado escritor. Condición importante: uno de los dos tiene que ser un fracasado. Caso contrario, no serían compatibles.
2- La pelea debe ser por culpa de una tercera en discordia (ex novia o mejor amiga) pero siempre tiene que ser sensual y más “rápida” que la novia. Otra opción puede ser un mal entendido que hizo que ambos se enojaran y todo llegara a tremendo brete.
3- Finalmente, tenemos que irnos de casa acompañadas de algún portazo y viento que nos de en la cara. Todo tiene que ser perfecto. Una vez que logramos ese clímax, debemos decidir qué haremos de nuestras vidas. Si un viaje al Congo, un retiro espiritual o quedarnos encerradas en casa incomunicadas con el mundo exterior llorando como condenadas esperando que nuestro príncipe azul vuelva a aparecer.
4- Allí es donde empieza la tan conocida “carrera final”. Él debería venir a buscarnos, decirnos cuánto nos ama y cuánto se equivocó al dejarnos ir. Bien, acá viene el desengaño. ¡Nunca pasa! Por lo general, les hicimos el favor de irnos enojadas, de esa forma tendrán la excusa perfecta para no volver a llamar. El día que pasa, es soleado y caluroso, un día ideal para salir a pasear con él, por lo cual volvemos arrepentidas con un juego de Play Station bajo el brazo a pedirle perdón por el escándalo.
Pasa en las películas, ¿pasa en la vida real?