Misión imposible: Protocolo Fantasma... del pasado
¡Spoiler Alert! Este artículo revela aspectos de la trama que está buenísimo no saber antes de ver la película
Redacción: Lucía Fortunati
Redacción: Lucía Fortunati
La última entrega de Misión Imposible despierta notable curiosidad. Se trata de una vuelta a los orígenes, una revisión de aquellos preceptos que convirtieron a Tom Cruise en la cara indiscutida de esta saga.
Uno de los elementos que resulta llamativo en esta cuarta entrega es la exaltación del “factor humano”. Paulatinamente y por diversas circunstancias, los agentes deberán desprenderse de los avances tecnológicos y valerse por sí mismos. Como espectadores, ya estábamos acostumbrados a los mensajes de la IMF que se autodestruían (siempre resultó curioso que, por algún extraño motivo, la agencia poseyera las mismas siglas que el Fondo Monetario Internacional) y a contar también con los sofisticados dispositivos para cambiar de identidad o prevenir caídas en las alturas. Pero, ¿qué pasa cuando todo esto desaparece?
- Respuesta: queda la humanidad de cada uno de los personajes además de sus aptitudes físicas o intelectuales para resolver los conflictos que se van presentando. Esto es algo que aparece cada vez con mayor frecuencia en las figuras de acción de estas sagas multimillonarias. Ya en el 2006, la elección de Daniel Craig y su fuerza bruta para interpretar el papel de James Bond (en contraposición a Pierce Brosnan y su elegancia) marcaba esta tendencia. Son héroes que fallan, dudan, tropiezan, pero no perdamos la calma… eventualmente ganan.
Uno de los elementos que resulta llamativo en esta cuarta entrega es la exaltación del “factor humano”. Paulatinamente y por diversas circunstancias, los agentes deberán desprenderse de los avances tecnológicos y valerse por sí mismos. Como espectadores, ya estábamos acostumbrados a los mensajes de la IMF que se autodestruían (siempre resultó curioso que, por algún extraño motivo, la agencia poseyera las mismas siglas que el Fondo Monetario Internacional) y a contar también con los sofisticados dispositivos para cambiar de identidad o prevenir caídas en las alturas. Pero, ¿qué pasa cuando todo esto desaparece?
- Respuesta: queda la humanidad de cada uno de los personajes además de sus aptitudes físicas o intelectuales para resolver los conflictos que se van presentando. Esto es algo que aparece cada vez con mayor frecuencia en las figuras de acción de estas sagas multimillonarias. Ya en el 2006, la elección de Daniel Craig y su fuerza bruta para interpretar el papel de James Bond (en contraposición a Pierce Brosnan y su elegancia) marcaba esta tendencia. Son héroes que fallan, dudan, tropiezan, pero no perdamos la calma… eventualmente ganan.
Queda claro que “misión imposible” hubiera sido que la audiencia aceptara que Tom Cruise de repente perdiera su temple de acero. ¿Cómo lograr entonces que el espectador se identifique con este equipo de agentes?
- Respuesta: abriendo el costado romántico de Hunt e incorporando la duda por medio de la inclusión de otro personaje, por supuesto, femenino. Es tradición que los súper agentes cambien de muchacha con la misma frecuencia con la que se cansan de un arma. Sin embargo, ya en Misión Imposible III habíamos visto como nuestro agente pretendía sentar cabeza. Lamentablemente, el “hasta que la muerte los separe” pareció cumplirse demasiado pronto. Estos héroes suelen mostrar a menudo su congoja o duelo hacia el final por medio de un plano en la playa o algún paisaje paradisíaco en donde prometen abandonar la profesión. También con bastante frecuencia, para la siguiente película, ya están listos para encontrar una nueva aventura tanto profesional como amorosa. Es prácticamente inédito que un agente prolongue su duelo a lo largo de toda la película siguiente, aún cuando la vida le presente más de una mujer atractiva. Está bien…la esposa que creíamos muerta sigue viva bajo una nueva identidad, pero no deja de ser extraño que Hunt se limite a espiarla cada tanto y vivir en soledad. Ahora sólo falta mencionar el ascenso de analista a agente de Benji. Con la torpeza característica de alguien que se desempeñaba detrás del escritorio, Benji (Simon Pegg) dotará a la película de la rusticidad necesaria para que los héroes sean más accesibles al público. El camino inverso atravesará Brandt (Jeremy Renner), agente devenido analista, quien manifestará pánico escénico cuando las cosas no salgan de acuerdo a lo planeado. En conclusión, se disuelve la agencia que los nucleaba, pierden gran parte de su contención tecnológica y ni siquiera el amor está en puerta ¿queda algo de las películas anteriores? - Respuesta: Por supuesto, el mundo se salvará de la debacle nuclear a cargo de los rusos (¿nadie les avisó que hoy hay nuevos enemigos?). En definitiva, una vez más: misión cumplida. |
FICHA TÉCNICA
Misión imposible: Protocolo Fantasma Título original: Mission Impossible: Ghost Protocol Año: 2011 Dirección: Brad Bird Protagonistas: Tom Cruise, Jeremy Renner, Simon Pegg, Paula Patton |