Peligro en las vías: dos actividades para no intentar
TRAIN SURFING
POR FAVOR, NO INTENTAR ESTA ACTIVIDAD. Por más loco que parezca, el trainsurfing o surfeo de trenes existe y es el pasatiempo de gente en distintas partes del mundo. Un caso trascendental fue el de Alexander Richter, un alemán conocido por pasear colgado de los trenes de alta velocidad a 330 km por hora y que llegó a aparecer en las noticias respondiendo al apelativo "Trainrider". En el mundo de culto de la Internet, su apodo sonaba de tanto en cuando y hasta crearon mitos alrededor de su persona que él mismo admitió aunque fueran bastante falaces. Pero mientras el alemán se hacía famoso y se arriegaba a morir o a pasar diez años en la cárcel, gente en Sudáfrica o en la India ya hacían feroces muestras en los ferrocarriles. Como en las películas de vaqueros en plena Fiebre del Oro, hoy se sigue viendo gente que arriesga la vida montándose sobre el techo de un tren. ¿Por qué? Simplemente, por diversión.
Alexander Richter contaba en una entrevista que nadie que esté demasiado aferrado a la vida puede hacer este tipo de prueba, sino quienes disfruten de ponerse en riesgo. Sergey Zaitsev, un joven ruso que hace trainsurfing en Moscú, explica para el programa Russia Today, que surfear trenes, para él, es sólo un hobbie que aporta adrenalina y que no ve la diferencia entre ese pasatiempo y los deportes extremos. Otro fanático de la misma nacionalidad, Andrey Malyshev, agrega en el informe que los trainsurfers toman ciertas medidas de seguridad para evitar salir lastimado. Después del "viaje", los trainsurfers suben videos a Internet que los ilustran como héroes de los rieles. Como sea, habrá que ver qué piensan de esos videos dentro de unos años.
RAILROAD GRAFFITI
Si bien dentro del marco de la ley, pintar graffitis es reconocido como delito, para quienes se dedican al arte urbano, el graffiti es su más libre expresión. Muchos artistas eligen como canvas las paredes exteriores de los trenes, ya sea de pasajeros o de carga y, por supuesto, pueden ir a prisión si son agarrados in fraganti. Pero vale decir que muchos graffittis son dignos de admiración y cuando se hace sobre un tren, puede ser realmente cautivante.
Hay páginas y blogs dedicados al Railroad Graffiti e impresiona la cantidad de fotos y videos que se han reunido. Uno de esos sitios es un subdominio de graffiti.com. Allí, hay un breve relato que cuenta la historia de cómo se inició la actividad: "Pintar graffitis con aerosoles sobre trenes de pasajeros empezó en la ciudad de Nueva York en la década de 1970. Los trenes son un objetivo móvil y generalmente, están bien vigilados. Es díficil pintar sobre la superficie y fotografiarlos. Uno puede ser arrestado o incluso, perder la vida". La página "linkea", en ese punto del párrafo, con un artículo sobre dos adolescentes que murieron mientras intentaban terminar un graffiti en el tren. "Estos chicos sabían lo que hacían, habían tenido bastante experiencia y aún así, perdieron la vida", continúa el informe.
Luego de que Banksy, tal vez el más famoso artista en esta "rama de expresión", consiguiera exponer su arte, el graffiti toma cierta distancia de su característica delictiva y hoy, es posible que para ciertos eventos, se autorice pintar graffitis sobre determinados lugares. Incluso se han expuesto trenes para ese propósito. Pero, el alma del graffiti siempre estuvo vinculado a los riesgos y a la adrenalina. Tal vez, sin esos ingredientes, pierda su esencia.
POR FAVOR, NO INTENTAR ESTA ACTIVIDAD. Por más loco que parezca, el trainsurfing o surfeo de trenes existe y es el pasatiempo de gente en distintas partes del mundo. Un caso trascendental fue el de Alexander Richter, un alemán conocido por pasear colgado de los trenes de alta velocidad a 330 km por hora y que llegó a aparecer en las noticias respondiendo al apelativo "Trainrider". En el mundo de culto de la Internet, su apodo sonaba de tanto en cuando y hasta crearon mitos alrededor de su persona que él mismo admitió aunque fueran bastante falaces. Pero mientras el alemán se hacía famoso y se arriegaba a morir o a pasar diez años en la cárcel, gente en Sudáfrica o en la India ya hacían feroces muestras en los ferrocarriles. Como en las películas de vaqueros en plena Fiebre del Oro, hoy se sigue viendo gente que arriesga la vida montándose sobre el techo de un tren. ¿Por qué? Simplemente, por diversión.
Alexander Richter contaba en una entrevista que nadie que esté demasiado aferrado a la vida puede hacer este tipo de prueba, sino quienes disfruten de ponerse en riesgo. Sergey Zaitsev, un joven ruso que hace trainsurfing en Moscú, explica para el programa Russia Today, que surfear trenes, para él, es sólo un hobbie que aporta adrenalina y que no ve la diferencia entre ese pasatiempo y los deportes extremos. Otro fanático de la misma nacionalidad, Andrey Malyshev, agrega en el informe que los trainsurfers toman ciertas medidas de seguridad para evitar salir lastimado. Después del "viaje", los trainsurfers suben videos a Internet que los ilustran como héroes de los rieles. Como sea, habrá que ver qué piensan de esos videos dentro de unos años.
RAILROAD GRAFFITI
Si bien dentro del marco de la ley, pintar graffitis es reconocido como delito, para quienes se dedican al arte urbano, el graffiti es su más libre expresión. Muchos artistas eligen como canvas las paredes exteriores de los trenes, ya sea de pasajeros o de carga y, por supuesto, pueden ir a prisión si son agarrados in fraganti. Pero vale decir que muchos graffittis son dignos de admiración y cuando se hace sobre un tren, puede ser realmente cautivante.
Hay páginas y blogs dedicados al Railroad Graffiti e impresiona la cantidad de fotos y videos que se han reunido. Uno de esos sitios es un subdominio de graffiti.com. Allí, hay un breve relato que cuenta la historia de cómo se inició la actividad: "Pintar graffitis con aerosoles sobre trenes de pasajeros empezó en la ciudad de Nueva York en la década de 1970. Los trenes son un objetivo móvil y generalmente, están bien vigilados. Es díficil pintar sobre la superficie y fotografiarlos. Uno puede ser arrestado o incluso, perder la vida". La página "linkea", en ese punto del párrafo, con un artículo sobre dos adolescentes que murieron mientras intentaban terminar un graffiti en el tren. "Estos chicos sabían lo que hacían, habían tenido bastante experiencia y aún así, perdieron la vida", continúa el informe.
Luego de que Banksy, tal vez el más famoso artista en esta "rama de expresión", consiguiera exponer su arte, el graffiti toma cierta distancia de su característica delictiva y hoy, es posible que para ciertos eventos, se autorice pintar graffitis sobre determinados lugares. Incluso se han expuesto trenes para ese propósito. Pero, el alma del graffiti siempre estuvo vinculado a los riesgos y a la adrenalina. Tal vez, sin esos ingredientes, pierda su esencia.