5 Canciones del Escenario Alternativo Británico de los 90
Los años 90 fueron especiales. El pop hacía girar al mundo con
megaestrellas en su auge y una estética adornada que los mostraba en su
estilo más puro. Alguien tenía que llegar para sacudir el eje terrestre y
descalibrar el peso de esa estructura apoteótica en la que el pop se
convirtió. Con esa premisa, llegó el grunge. ¿O fue Nirvana el que llegó
primero? Intentar responderlo es perderse en el debate del huevo y la
gallina. No es posible entender el grunge sin Nirvana, y viceversa.
Vamos a quedarnos con que surgió el grunge y Estados Unidos estaba
contento con los logros de sus retoños.
Ahora, ¿qué pasaba en la Grandísima Bretaña? Las islas aun podían gozar del fenómeno Beatle, que continuaba viajando por la carretera más popular, a pesar de que se habían desintegrado hace rato. Pensándolo bien, nunca abandonaron esa carretera. Pero, en el "mientras" había que hacer algo, sacar algo... nuevo: ¡Reinventemos a los Beatles! Cantaron piedra libre y saltaron los Gallagher. Fue ahí cuando Oasis estalló y todas esas canciones hechas en base a los Fab Four, por citar un ejemplo Don't Look Back in Anger es una variación de Let it Be (y empieza con la intro de Imagine), sembraron semillas a lo largo y ancho del planeta. Pero antes de que Oasis la pegara de verdad, ya estaba Blur y también Pulp, ni que hablar de la huella que dejaron los Smiths y The Police.
Mientras el plato fuerte seguía siendo el Brit Pop, los appetizers eran bocaditos bien especiados de géneros y subgéneros fusionados. Algunos surgían, como el trip hop (de la mano de Tricky) y otros revivían, el caso del dance alternativo que había comenzado en la era de la música industrial alemana con Kraftwerk y luego, había sido retomada por Bowie en los setenta.
O sea que la movida para los isleños estaba bien armada con un escenario multifacético y versátil. La nueva ola se proclamaba como alternativo e independiente, dado que los artistas no firmaban contratos con las grandes discográficas sino con uno o dos productores piolas que se las ingeniaban para triunfar. Más allá de las acepciones, estos grupos anfibios que armaron su base a la vera del río y observaron de cerca a los peces retozones que seguían la "corriente", encontraron el mejor momento para zambullirse y unirse al cardúmen.
Ahora, ¿qué pasaba en la Grandísima Bretaña? Las islas aun podían gozar del fenómeno Beatle, que continuaba viajando por la carretera más popular, a pesar de que se habían desintegrado hace rato. Pensándolo bien, nunca abandonaron esa carretera. Pero, en el "mientras" había que hacer algo, sacar algo... nuevo: ¡Reinventemos a los Beatles! Cantaron piedra libre y saltaron los Gallagher. Fue ahí cuando Oasis estalló y todas esas canciones hechas en base a los Fab Four, por citar un ejemplo Don't Look Back in Anger es una variación de Let it Be (y empieza con la intro de Imagine), sembraron semillas a lo largo y ancho del planeta. Pero antes de que Oasis la pegara de verdad, ya estaba Blur y también Pulp, ni que hablar de la huella que dejaron los Smiths y The Police.
Mientras el plato fuerte seguía siendo el Brit Pop, los appetizers eran bocaditos bien especiados de géneros y subgéneros fusionados. Algunos surgían, como el trip hop (de la mano de Tricky) y otros revivían, el caso del dance alternativo que había comenzado en la era de la música industrial alemana con Kraftwerk y luego, había sido retomada por Bowie en los setenta.
O sea que la movida para los isleños estaba bien armada con un escenario multifacético y versátil. La nueva ola se proclamaba como alternativo e independiente, dado que los artistas no firmaban contratos con las grandes discográficas sino con uno o dos productores piolas que se las ingeniaban para triunfar. Más allá de las acepciones, estos grupos anfibios que armaron su base a la vera del río y observaron de cerca a los peces retozones que seguían la "corriente", encontraron el mejor momento para zambullirse y unirse al cardúmen.